Toda cabe la vida en una hora
en instantes especiales y contados,
sobre libres presos de sueños alados,
bajo los montes que el verbo atesora.
Todo día en la memoria traidora
traza sus curvas entre temas tratados,
toca notas en pianos descordados
y muere en tanto que no se le valora.
¡Oh, dulce baño en las gélidas luces
que decoran mi sólido monumento!
¡Qué lástima tener que hacer mis cruces
tapando nombres entre llanto y lamento,
si veía que, contra el tiempo de bruces,
la vida toda cabía en un momento!
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