jueves, 18 de agosto de 2016

Arroyo en calma

Dulces cantares resuenan
de la más música serena,
con la caída repentina
en aplicada constancia,
líquida, fragante y mullida,
a la madura luz del día.

Se derrama el verde,
laderas abajo inunda;
su presencia abunda,
volviendo a crecer fuerte.

Secas hierbas se empapan
de su ocre y dorado color,
al viento movidas en danza
de amarillento rubor.

Entre un viraje sonoro
que inunda en silencio el recodo
del agua en tromba,
me hallo a la sombra.

Cuán precioso el tiempo
se detiene a beber
en tus orillas.

martes, 16 de agosto de 2016

Ídolo pagano

Escribiré con sangre,
así le daré uso.

Me nutriré del pedante
y vano verso de
aquél al que a Yahvé,
Alá, Zeus, Júpiter o Dios
así nombró.

Si del ser estúpido
e imperfecto algo
de perfección fraguado
ha nacido, ¿qué no podrá hacer
este ente eterno y nuevo?

Qué asombrosa capacidad
la de los que asienten
y niegan sin debate
lo que ha de ser, para
el perfecto, asentido
o bien negado.

¿Nos trae por buena senda
aspirar a compartir asiento
eterno al lado de aquél
que nos hizo sufrir?

Recuerda que,
más de un día,
fuiste tú el ídolo pagano.

sábado, 13 de agosto de 2016

Perseidas

Oscuras lunas de luz llameante
yacen ocultas bajo un nocturno techo,
en un silencio tácito y maltrecho,
en un reposo inquieto y cortante.

Proceloso, un viento penetrante
se agolpa en furia contra mi pecho,
sin dormir, acostado en el lecho,
encarado a la mar del levante.

Cuán fuerte es de esos ojos el color,
paréceme que levito movido
por el impetuoso matiz del calor,

pues no duermo ni siendo mecido;
me excita y me revuelve el olor.
Mientras, me hundo, libero, olvido.