domingo, 30 de agosto de 2015

Estar vivo


Es maravilloso sentir que, cada célula de tu cuerpo,
cada molécula, cada átomo, se ponen de acuerdo
para que seamos lo que somos.
El ser una persona implica muchas responsabilidades,
la consciencia, la primera.

Soy consciente de que existo, de que siento dolor,
alegría, tristeza, miedo, placer y un sinfín de emociones,
de que puedo pensar, puedo imaginar y crear,
y soy consciente de que dejaré de existir.

Quizá por eso puedo reír y puedo llorar,
porque soy  una casualidad
en un universo de casualidades,
una más, pero única, como todas.

La imperfección nos moldea, nos inunda,
nos hace ser personas, y,
sí, nos equivocamos, muchas veces.

Pero quizá no las suficientes, después de todo.