jueves, 26 de noviembre de 2015

Música y bienestar

Al eco del mundo silencia
de mis teclas el sonido,
como por arte de magia movido
si hay ausencia de su ausencia.

No es terrorífico, no asusta,
tranquilidad y fuerza transmitidas
son ahora mejor admitidas;
terminó la tensión adusta.

Si de la razón el sueño
monstruos nos produce,
este duermevela seduce
desde a las notas al dueño.

La inconstante constancia,
el mirar de las miradas,
el parecer de perfección.
Aires de basta elegancia,
ansias suspiradas,
imperfectas muertes de la razón.

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