Sea la noche de tal oscuridad,
tápense las estrellas con un velo
tan negro como lo aguante el cielo;
que aún así veré yo la claridad.
Sea tóxica la humana vanidad,
que muestre por si misma un gran recelo
y domine la situación al vuelo;
que yo perdonaré su mezquindad.
Nadie sepa nada de su pasado,
de un futuro, intrigante porvenir,
y esté todo el mundo hastiado
de este raro soñar que es el vivir;
que en el mundo vivido y soñado
con ánimo a todos invito a seguir.
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